El 1 de octubre es una fecha destacada en España, aunque dependiendo del año puede ser una fecha negra. Por ejemplo, el 1 de octubre de 1823 Fernando VII repuso la inquisición.
Pero yendo a lo positivo, el 1 de octubre de 1931 se aprobó el artículo de la Constitución republicana que reconocía el derecho al voto de la mujer. No fue una votación sencilla. Cabe recordar que Victoria Kent propuso posponer la decisión por miedo a que el voto femenino fuese contrario a la democracia republicana; argumentó en contra Clara Campoamor que logró decantar la balanza en favor del derecho de la mujer al sufragio.
Pero el resultado de las votaciones también es significativo, puesto que el 40% de los diputados, 188, se abstuvieron, votaron a favor 161 y en contra 121. Y, pese a lo que he leído más de una vez, la mayoría de los diputados socialistas, 88, votaron a favor, aunque es cierto que Indalecio Prieto y sus seguidores, se abstuvieron.
Pese a su aprobación, la participación de la mujer en la política nacional no creció significativamente. En las elecciones de 1933, solo cuatro mujeres resultaron electas: Margarita Nelken, Matilde de la Torre y Veneranda Manzano, por el PSOE y Francisca Bohiga por el Partido Agrario de León coaligado en la CEDA. En las de 1936, fueron elegidas cinco mujeres, repitieron Margarita Nelken y Matilde de la Torre, además de Julia Álvarez, por el PSOE, Victoria Kent por el Partido Republicano Radical Socialista y Dolores Ibárruri por el PCE.
El derecho al voto duró poco, no solo para las mujeres. Un siniestro personaje, que gracias a maniobras poco claras, se convirtió otro 1 de octubre en dictador, anuló el derecho al sufragio España, pues los referendos que convocó no se pueden considerar votaciones libres y democráticas. Hubo que esperar a junio de 1977 para que los españoles recuperaran ese derecho fundamental.
En la imagen, mujeres esperando a votar en Hernani, publicada en el periódico madrileño Ahora el 25 de abril de 1933.
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