sábado, 26 de mayo de 2012

La Universidad, un exceso

EN cuestión de pocos meses, algo más de seis, el conocimiento, la educación y la universidad han pasado de ser la "llave del progreso", de la mejora social y económica, a convertirse en una carga insoportable, en un gasto poco menos que inútil, además de responsable, junto a la sanidad, de la crisis económica española.

En estos meses y de forma especial en las últimas semanas, se ha orquestado, y con éxito, una campaña de desprestigio de la educación y de la Universidad que sólo tiene parangón con dos momentos dictatoriales vividos en España: en los estertores de las dictadura de Primo de Rivera y durante buena parte de la dictadura franquista, momentos en los que la Universidad se interpretó, desde el poder totalitario personal, como un centro de agitación política que hacía peligrar los cimientos del régimen dictatorial. Ahora lo que se plantea es bastante más sibilino. Se trata de mostrar la educación y la universidad como un gasto excesivo, no como una inversión necesaria. Y al profesorado como una suerte de parásito, que vive de las entrañas de lo público retardando el crecimiento de la economía nacional.

Ahora cualquier botarate predica que el profesor universitario vive de una mamandurria que no se merece, sin molestarse en conocer cuál es el sueldo medio en la universidad y que hay un buen número profesores que ni siquiera son mileuristas. Ahora cualquier bocazas repite con absoluto desparpajo que España no se puede permitir gastar tanto dinero en casi setenta universidades, olvidando, u ocultando, que casi la tercera parte son privadas -y por tanto sin coste al erario público-, o que ninguna universidad española está entre las 150 mejores del mundo, sin especificar en qué ranking se han fijado, pues, por ejemplo, si se mira el Ranking Web de Universidades del Mundo, encontramos varias españolas entre las 100 primeras.

Pero lo más lamentable es comprobar que cuando se realizan comparaciones no se usan los mismos parámetros. Por ejemplo, si miramos el panorama y las estadísticas de alguna de las consideradas mejores del mundo, por ejemplo Harvard, se hace sin comparar la ratio profesor alumno de la americana y, pongamos, la Complutense. Ni se examina la inversión en investigación, en instalaciones, en biblioteca…, sólo se mira el puesto en el ranking, olvidando los años de inversión continuada en las universidades de mayor prestigio mundial, frente a lo que se ha invertido en la universidad y en investigación en España en los últimos cien años. En este sentido hay que señalar que, tras el esfuerzo realizado desde los años ochenta, en el año 2009 España invirtió en investigación y desarrollo el 1,38% del PIB, frente al 2,82% de Alemania, 2,75 de Austria, 3,02 de Dinamarca, 2, 79 de EEUU (en 2008), 3,96 de Finlandia, 2,23 de Francia, 3,62 de Suecia, o 1,66 de Portugal. Esta, y posiblemente ninguna otra, es la gran diferencia entre la universidad española y la de los países de su entorno con los que nos comparan.
Publicado en Diario de Cádiz, 26 de mayo de 2012

1 comentario:

Defensor de Zaragoza dijo...

Y los alumnos no salimos mejor parados: que si somos unos vagos, que si pagamos muy poco por estudiar, que solo estamos en la universidad para protestar...

Están hundiendo todo, están cercenando el futuro.