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sábado, 1 de septiembre de 2018

Tabernas que me gustan: Brettos

Brettos, una curiosa taberna del barrio de Plaka, en Atenas, dicen que es la destilería más antigua de la ciudad, elaborando sus propios aguardientes y licores, fundamentalmente ouzo y brandy, desde el año 1909.
En el local, pequeño y cuadrado, destacan los barriles en los que se cuidan los destilados, puesto que hay varias categorías y graduaciones, tanto de ouzo, como de brandy. 
Aunque en Brettos también sirven una buena variedad de vinos griegos, e incluso cócteles, al parecer, muy apreciados. 
Por eso la clientela es muy variada, desde parroquianos locales, hasta muchos extranjeros que se sienten atraídos por el colorido de la pared de fondo, personalmente, el elemento que menos me gusta de esta estupenda taberna. 



jueves, 14 de enero de 2016

Filósofo griego olvidado

En un hotel ateniense han dedicado sus salas de reunión a filósofos griegos muy reconocidos, incluyendo a uno casi olvidado...

Me lo ha enviado mi compañero Juan S.

miércoles, 29 de julio de 2015

América Latina y la tragedia griega

Artículo de Juan Paz y Miño Cepeda, de la PUCE, sobre Europa y Grecia

EL TELÉGRAFO - Primer Diario Público
Ecuador, lunes 27 de julio de 2015

Juan J. Paz y Miño Cepeda

En Europa he podido palpar directamente las reacciones sobre el problema económico en Grecia, un tema central en todo noticiero de televisión y en los periódicos.
El riesgo de que Grecia salga de la zona euro y con ello crezca el ‘mal ejemplo’ ha sido combatido a diario. Alexis Tsipras, primer ministro griego y líder de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), sistemáticamente ha sido atacado como ‘populista’ y no han faltado quienes lo asimilen a los gobiernos de la nueva izquierda latinoamericana, comparándolo con Evo Morales, Nicolás Maduro y hasta Rafael Correa.
Tampoco importó el referéndum griego en el que triunfó el No (61,31%) a las condiciones de la ‘troika’ (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), aunque finalmente Tsipras decidió someterse a los acreedores, con una sui géneris declaración: “No creemos en el acuerdo, pero estamos obligados a aceptarlo”.
El Parlamento griego lo ratificó en medio de fuertes debates. Como bien lo ha señalado Atilio Borón, no solo se ha buscado la derrota de Syriza, “sino también asegurar que el oprobio y la ignominia bañen con rasgos indelebles a los revoltosos griegos, para que nadie más vuelva a incurrir en la osadía de desoír los mandatos de los banqueros y los políticos que gobiernan en su nombre”.
El resultado: a cambio de hasta 86.000 millones de euros, Grecia deberá ajustar pensiones, elevar el IVA, revisar su sistema laboral, recortar el gasto público, liberar la economía y asegurar privatizaciones.
Es un ‘genocidio social’, sostuvo la presidenta del Parlamento, Zoe Constantopoulou, una de las opositoras al acuerdo, como también lo fuera el exministro Yanis Varoufakis.
La zona euro se ha convertido así en guardiana del capital financiero transnacional y del neoliberalismo. Y a Grecia le tocará reproducir el camino que ya transitó América Latina de la mano del FMI a partir de la década de los ochenta, y que tan graves consecuencias sociales (desempleo, subempleo, emigración, flexibilidad y precarización laborales), económicas, políticas y gubernamentales trajo a los países de la región.
Si algo han hecho de bueno los gobiernos de nueva izquierda en América Latina es expulsar al FMI y a sus medidas económicas que, como se ve, siguen en pie y ahora ajustan en el Viejo Continente, donde al menos el modelo de economía social de mercado, implantado después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), había permitido un capitalismo social que mejoró sustancialmente las condiciones de vida y de trabajo, pero que los propios europeos experimentan que comienza a resquebrajarse en varios países.
La tragedia griega va en camino opuesto a lo que sucede en América Latina, donde la construcción de un tipo de capitalismo social, de la mano de los gobiernos de nueva izquierda, y que resulta una fase hasta cierto punto inevitable para el avance social, no solo genera incomprensiones de todo tipo, sino, sobre todo, la virulenta reacción de los sectores económicos y políticos que antes hegemonizaron el Estado bajo el tutelaje del FMI.

martes, 7 de julio de 2015

Alemania nunca pagó la deuda

Periódico La Jornada
Martes 7 de julio de 2015, p. 3

Los que quieren expulsar a Grecia de la zona euro terminarán en el basurero de la historia, declaró el controvertido economista francés Thomas Piketty, para quien el liderazgo de Alemania en la política que los acreedores quieren imponer a esa nación europea es una gran broma.

En entrevista con el diario alemán Die Zeit, el director de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS, por sus siglas en francés) sostuvo que quienes apoyan la postura de Alemania y Francia hacia Grecia muestran una “ignorancia chocante de la historia europea.

Lo que Alemania está haciendo hoy, insistiendo en que los estados sigan en la penuria bajo los mecanismos que el propio Berlín está ignorando, socava la democracia europea... Alemania es realmente el mejor ejemplo de un país que nunca ha pagado su deuda externa. Ni después de la Primera Guerra Mundial ni después de la Segunda. No está en condiciones de dar lecciones a otros países, dijo Piketty, según refirió este lunes RT en su portal.

El autor de El capital en el siglo XXI destacó que el Acuerdo de Londres de 1953 anuló más de 60 por ciento de la deuda externa de Berlín tras las dos guerras y restructuró su débito. Más aún, subrayó Piketty, la deuda alemana llegó a más de 200 por ciento de su producto interno bruto, y una década después lo que debía la República Federal de Alemania era de menos de 20 por ciento.

Nunca hubiéramos logrado esa reducción increíblemente rápida de la deuda con la disciplina fiscal que hoy recomendamos a Grecia, expuso.

Piketty indicó que hay dos mecanismos para pagar las deudas y no sólo uno, como se ha pretendido hacer creer a los griegos. El primero lo aplicó el imperio británico en el siglo XIX, después de las costosas guerras con Napoleón. Entonces el Reino Unido impuso un drástica disciplina presupuestaria, y a lo largo de más de un siglo dedicó entre 2 y 3 por ciento de su economía para pagar sus deudas, más de lo que destinaba al sistema de educación. Fue una estrategia que funcionó, pero a muy largo plazo, que es lo que se quiere imponer ahora a Grecia, explicó.

El segundo método, dijo, es más rápido y fue probado por Alemania el siglo pasado. El llamado milagro ecónomico alemán tuvo tres pilares: la inflación, un impuesto especial a fortunas personales, y el mismo tipo de alivio de deuda que ahora se le niega a Grecia.

Europa fue fundada basándose en el perdón de la deuda y la inversión en el futuro. No en la idea de la penitencia sin fin, resaltó, y al referirse a la posibilidad de la salida de Atenas de la zona europea, señaló: “si empezamos a expulsar estados, la crisis de confianza en la zona no sólo se agravará. Los mercados financieros se dirigirán hacia otro país. Esto daría inicio a una agonía eterna.

Los griegos han cometido errores. Hasta 2009 el gobierno de Atenas maquilló sus balances. A pesar de esto, los griegos más jóvenes no tienen por qué cargar con los errores de sus mayores, así como los alemanes más jóvenes no tienen que pagar lo que hicieron sus antepasados en los años 50 y 60, afirmó, y concluyó: No podemos exigir que las nuevas generaciones paguen durante décadas por errores de sus padres, reportó el portal chileno El mostrador.

martes, 7 de agosto de 2012

Otro 25 de abril

Los portugueses están sufriendo también recortes por la mala gestión financiera y piden medidas lógicas: cárcel para los que han robado y endeudado al país.
Y un nuevo 25 de abril, una nueva revolución popular que limpie la escoria que ha llevado a la crisis a Portugal.



En Cádiz, alguien nos indica que Grecia ilumina el camino


Lo cierto es que algo hay que hacer, no podemos continuar quietos viendo como pisotean los derechos de los trabajadores, mientras que los que nos han llevado a esta situación siguen de rositas cobrando sueldos millonarios e indemnizaciones, mientras que gobernantes del PP siguen mintiendo y comiendo a costa del erario público, como en el ministerio de Fátima Báñez, o derrochando dinero en publicidad y campos de fútbol, como hace el ayuntamiento de Cádiz.