Estoy de acuerdo con los que critican el plan "España en libertad" que ha anunciado Pedro Sánchez para recordar, en 2025, la muerte de Franco.
Creo que, efectivamente, antes de que los franquistas que pululan bajo las siglas de varios partidos -incluso en algunos con presencia en el Parlamento español-, comiencen a celebrar actos nostálgicos y reivindicativos de la dictadura, hay que preparar un amplio programa de actividades que recuerden esa etapa de la historia de España caracterizada por la represión, la censura, la discriminación y la falta de libertades.
Por eso no me parece adecuado el título propuesto por Sánchez, las actividades deberían englobarse bajo el título
"50 años sin Franco: se vive mejor"
El programa de actividades debe tener un fin didáctico, para recordarle a los nostálgicos de Franco y, sobre todo a los jóvenes que no conocieron la dictadura franquista, como el "generalísimo" cercenó derechos y libertades a los españoles.Por ejemplo, ahora que se celebran los 20 años de la Ley contra la Violencia de Género, no está de más recordar que la dictadura de Franco anuló los derechos de las mujeres conquistados durante la Segunda República, al aprobar, por Ley de 12 de marzo de 1938, el restablecimineto del Código Civil de 1889.
Eso suponía, por ejemplo, que en el matrimonio la mujer quedaba sometida a la autoridad del hombre, ya que, según la ley, el marido tenía que "proteger a la mujer" y la mujer tenía que "obedecer al marido"; la mujer estaba obligada a seguir al marido donde quisiera establecer su residencia; el marido era administrador único de los bienes del matrimonio, anulando la capacidad económica de la mujer; también la ley establecía que el marido era "el representante de su mujer", por lo que ella no podía tomar decisiones por su cuenta, por ejemplo, para abrir una cuenta bancaria o trabajar fuera de la casa, sin la autorización, por escrito, del marido.
Eso suponía, por ejemplo, que en el matrimonio la mujer quedaba sometida a la autoridad del hombre, ya que, según la ley, el marido tenía que "proteger a la mujer" y la mujer tenía que "obedecer al marido"; la mujer estaba obligada a seguir al marido donde quisiera establecer su residencia; el marido era administrador único de los bienes del matrimonio, anulando la capacidad económica de la mujer; también la ley establecía que el marido era "el representante de su mujer", por lo que ella no podía tomar decisiones por su cuenta, por ejemplo, para abrir una cuenta bancaria o trabajar fuera de la casa, sin la autorización, por escrito, del marido.
Son solo algunos ejemplos de una ley que discriminaba a las mujeres y que conoció muy ligeras reformas en abril de 1958, puesto que, para algunas de mayor calado, hubo que esperar a mayo de 1975 -con Franco ya casi moribundo-, aunque hubo artículos que no se modificaron, como el que dice que es el marido el administrador de los bienes del matrimonio y, en su conjunto, se mantuvo la primacía del hombre sobre la mujer.
Para que todo esto cambiara mínimamente, hubo que esperar a la aprobación de la Constitución de 1978. Aunque todavía falta, a partir de ahí, lentamente, poco a poco, se ha ido progresando en la igualdad entre hombres y mujeres.
En la imagen, manifestación en Madrid ¡el 22 de noviembre de 2009!
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