domingo, 15 de agosto de 2021

Los parlamentarios por Cádiz y el monumento a las Cortes

 En un comentario a la entrada que dediqué al mal estado del monumento a las Cortes, Antonio Salmerón dice: "Dado que el Congreso de los Diputados y el Senado representan la Soberanía Nacional, de acuerdo con nuestras actuales leyes constitucionales, no estaría de más que nuestros supuestos representantes, tuvieran un leve toque de sensibilidad para proponer la protección legal, presupuestaria y patrimonial, incluida su necesaria rehabilitación actual de este magnífico monumento".

Me parece una propuesta buena y ajustada al origen histórico del monumento.

La idea de construir el actual monumento se enmarca en las conmemoraciones el primer centenario del Sitio de Cádiz y la reunión de las Cortes en la Isla de León y Cádiz, en 1910. Con ese motivo y pensando en el centenario de la proclamación de la Constitución de 1812, la Comisión Provincial de Monumentos y la Real Academia Hispanoamericana solicitaron al Congreso de los Diputados el cumplimiento de un acuerdo de las Cortes de Cádiz de construir un monumento a la Constitución gaditana.

Y es que, aunque en ocasiones se alude a que el origen del monumento está en el Decreto de las Cortes del 14 de agosto de 1812, por el que se ordenaba que en todas las ciudades y pueblos de la monarquía, se denominara plaza de la Constitución y se colocara una placa conmemorativa, hay que recordar que el ayuntamiento de Cádiz se adelantó a esa orden cuando poco más de una semana de la proclamación de la Constitución, el 27 de marzo de 1812, solicitaba a las Cortes la construcción de un monumento a la Constitución, escrito que fue leído en la sesión del 28 de marzo y aprobado por los diputados, tal y como recoge el Diario de Sesiones:

Pocos días después, por acuerdo del 6 de abril, el ayuntamiento convocaba un concurso nacional para la presentación de proyectos para construir un monumento a la Constitución  en la Alameda, paseo de amplia concurrencia en la época, especificando algunas características que deberían incluir las propuestas.



Entre las exigencias que debían cumplir las propuestas, la construcción en piedra, los bajo relieves alusivos a la temática, la inclusión de Hércules como símbolo de la ciudad y la figura elíptica, para que sirviera de anfiteatro utilizable por el propio ayuntamiento en algunas ocasiones.

Parece que, aunque se conocen las memorias de dos proyectos presentados al concurso, no se conservan planos de los mismos. Sin embargo en el archivo municipal hay un plano, firmado por José Antonio Álvarez, con la figura elíptica que se pedía en las bases del concurso.

Como es sabido, el monumento tardó cien años en comenzar a construirse, y no se hizo en la Alameda, sino en una nueva plaza, frente al puerto. 

Volviendo al comienzo, la propuesta de Antonio Salmerón tiene mucho sentido y no estaría mal que los parlamentarios por Cádiz, junto al ayuntamiento gaditano y la Junta de Andalucía, tomaran cartas en el asunto.

Y a los interesados en conocer con detalle la historia y el simbolismo del actual monumento, remito a excelente libro de José Antonio Merino Calvo El monumento a las Cortes, Constitución y Sitio de Cádiz, Diputación de Cádiz, Cádiz, 2012. 

1 comentario:

Pedro Zuñiga dijo...

Existe, sin duda algo que puede contravenir esta sugerencia, Por una parte,para un diputado por la provincia no existe ninguna norma, u obligación legal o contrapartida,para con sus votantes o ciudadanos en general. Solo es “representante “ del territorio de su circunscripción electoral y teóricamente de quienes viven en ella.Eso en la práctica del día a día,no significa nada. No hay un contrato social que lo obligue a interceder, defender o alzar la voz por causa alguna.Como puede y debe hacerlo un senador por cualquier Estado norteamericano, si quiere seguir representando al pueblo y al territorio del Estado.. No hay exigencia alguna para ello en España -ni siquiera ético o moral- basta ser nominado por la nomenklatura del partido correspondiente. Sin más mérito,probablemente que la adhesión incondicional al slogan:” si bwana.
Cómodo trabajo político; si alguien tiene la fortuna de tenerlo a su alcance.No está muy mal pagado en su escala básica de 55.803, 86 € a 70.143.36 € de vellón. No hay que escandalizarse por ello, en la Diputación de Cádiz, uno de los integrantes de este club de gestión provincial, puede salir por 60.000 € del ala. No está mal ,sin existir relación contractual.
Así que :no creo prospere la idea ,de que alguien del Congreso admita la propuesta o le preocupe.Y menos en bañador.