viernes, 22 de mayo de 2020

Remedio gaditano para epidemias

En estos días, en los que sesudos expertos en epidemias nos alertan contra los "presuntos científicos", contra los asesores del gobierno social-comunista-bolivariano-chavista-castrista-leninista-estalinista-nazifeminista-judeomasónico que nos quiere mantener confinados, secuestrando nuestro derecho a toser en la cara a cualquiera, es el momento de recordar que, hace algo más de dos siglos, en Cádiz se encontró un remedio contra las epidemias al que los "presuntos científicos" no están recurriendo, ¡vaya usted a saber por qué!
El santo remedio se puso en práctica en la epidemia de fiebre amarilla que asoló Andalucía, y de manera especial Cádiz, en el año 1800. La ciencia infusa -cuál si no-, inspiró al autor del santo remedio, aunque no se sabe cuándo se puso en práctica. Lo que se conoce es que en Cádiz, sobre una población por debajo de los 70.000 habitantes, se infectó casi la mitad de la población y muriendo 7.387 personas, algo más del 10% de los habitantes de la ciudad.

Pero, ¿quién sabe cuántos más hubiesen muerto si los gaditanos no hubieran colgado en las puertas de sus casas la Cuarteta del P. Fray Diego José de Cádiz? ¡Ahí!, ¡ahí queremos ver a los "presuntos científicos"!

Aquí tienen la Cuarteta, por si quieren colgarla en la puerta de su casa:

 

 

2 comentarios:

Julián Becerra dijo...

Se le agradece esta solución gaditana ante la maldad del Coronavirus,Tampoco Vd, puede probar científicamente que no diera resultados esta literatura de jaculatoria o exorcismo del beato Diego (al cual como ilustrado y laico parece detesta).Aunque la verdad nunca se sabe.Creo que el sr, Obispo que quiere evangelízarno con su visión: a lo Marcel Lefebvre del catolicismo practicante ,no dudaría en darle de nuevo el sine prohibitione.Por cierto, en esa ocasión murió el olvidado sainetero Juan Ignacio Gonzalez del Castillo.

ARS dijo...

Cierto, Julián, ya indico en el comentario que no se sabe qué resultados sanatorios tuvo la cuarteta, sí se sabe el número de personas que murieron, pese a la cuarteta.
Y no detesto a fray Diego, me sorprende el desconocimiento que hay sobre el personaje, la adoración que se le profesa a un enemigo de la ciencia, del pensamiento, del progreso científico, de la libertad, en una ciudad que presume de todo lo que el beato maldecía.