jueves, 11 de julio de 2013

El segundo puente 2



A comienzos del siglo XX, los políticos y los ciudadanos en general tenían conciencia de que la situación económica de Cádiz era muy negativa, una percepción que se había visto agravada con la pérdida de las últimas colonias españolas de ultramar. El derribo de las murallas en 1906 es el mejor ejemplo de los intentos de paliar la situación, que se fundamentaron en tratar de conseguir una mejora en las comunicaciones con las obras del puerto, la mejora de las infraestructuras ferroviarias, la reactivación del transporte marítimo, la apuesta por el turismo y los intentos de diversificar y ampliar las actividades industriales.
 Derribo de las murallas, a la altura de la Fábrica de Tabacos
 Entrada a Cádiz por Cortadura. La carretera de desviaba hacia la derecha, aproximándose a la vía del ferrocarril.

            Entre los intentos emprendidos por reactivar la economía gaditana, el caso de la fábrica de automóviles Ford es paradigmático. La empresa automovilística eligió para instalarse en España la ciudad de Cádiz, y una Real Orden de 6 de noviembre de 1919 autorizaba su instalación, que fue acogida con alegría y los primeros resultados de la producción auguraban un prometedor futuro. Pero en enero de 1921 una subida de aranceles, unido a las dificultades de las comunicaciones con el interior, hicieron a la empresa reconsiderar su postura y trasladarse a Barcelona. Pese a las gestiones de las autoridades municipales, el traslado de la fábrica se produjo en abril de 1923.


             Para solucionar problemas como el acontecido con la Ford, las autoridades gaditanas pensaron en la recuperación para Cádiz de una Zona Franca, un espacio permitiera la instalación de industrias incentivadas por las exenciones fiscales. Con Ramón de Carranza en la alcaldía la Zona Franca se convierte en objetivo prioritario, y se encarga al ingeniero Eduardo Torroja el diseño de un espacio adecuado para su instalación en unos terrenos que se ganarían al mar a partir de Puntales y Cortadura. Paralelamente se planteó la necesidad de establecer una comunicación a través de la bahía hacia Puerto Real, mediante un túnel o un puente que acortara las distancias, además de plantearse la construcción de un aeropuerto. Eduardo Torroja presentó su proyecto de Zona Franca y al poco tiempo un proyecto de puente cuyo estudio fue aprobado por Real Orden del 11 de mayo de 1928 (Gaceta de Madrid de 29 de mayo de 1928). El puente proyectado por Torroja tenía unos tramos móviles giratorios para permitir el paso de buques, especialmente los que la Armada tenía en La Carraca.

 Eduardo Torroja

 
            Terminada la Dictadura de Primo de Rivera la posibilidad de construir el puente quedó relegada y la iniciativa no se recuperó hasta la Segunda República, cuando, en 1933, el alcalde Manuel de la Pinta se interesó por la localización del proyecto de Torroja, conociéndose que estaba archivado en el ministerio. La guerra y la postguerra posterior relegaron nuevamente la posibilidad de construir el puente sobre la bahía.

1 comentario:

Jesús dijo...

Muy interesante leer que hace cien años ya existieran cuestiones como las empresas que se marchan, la sensación de que Cádiz ha perdido lo que fue, la necesidad de hacer algo, mientras se dan palos de ciego. La falta de apoyo a la ciudad por las autoridades del estado. Y la existencia de un proyecto de puente a cargo de un ingeniero fundamental en la Historia de España, como Eduardo Torroja. Ahora, muchas cosas se repiten o al menos se hacen nuevas versiones.