Dice la Constitución española, la de 1978, en su artículo 16, punto 3, "Ninguna confesión tendrá
carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias
religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de
cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones".
Parece que el actual ministro del Interior desconoce lo que dice la Constitución, aunque no es excusa para que inmediatamente lo cesen, pues como establece el dicho, el desconocimiento de la ley, no es excusa para su cumplimiento, y en el caso de un ministro, no hay excusa posible.
Fernández Díaz ha afirmado que que "las vigentes leyes educativas no respetan los acuerdos Iglesia-Estado en cuanto a la asignatura de religión y que, por eso, entre otras cosas, se está elaborando una reforma".
Sorprendente que un ministro anteponga un acuerdo bilateral a la Constitución. Pero es lo que tenemos con estos visionarios del PP, que se pasan la Constitución y los derechos ciudadanos por el arco del triunfo.
Y a Fernández Díaz que lo nombren Ministro de Integridad Religiosa.
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