Finalizada la guerra civil en España con la imposición de la dictadura franquista, al mismo tiempo que se imponía un régimen que cercenó las libertades y prohibía el Carnaval, se puso mucho afán en lo que las autoridades franquistas denominaron devolver el esplendor a las celebraciones religiosas, en su opinión, menoscabadas por una República que, constitucionalmente, declaró no tener religión oficial.
Buena muestra de ello fue el interés puesto en las celebraciones de la fiesta del Corpus, como se puede comprobar en el programa de 1940, o en el preparado para 1942:
En el programa, el primer día, además del traslado de la Virgen del Rosario a la catedral, destacan la "Cabalgata y Tarasca" y la inauguración de "la Fuente del Vino" que se colocó delante del ayuntamiento.
La fuente del vino, diseñada por Antonio Accame y realizada por el maestro carpintero Rafael León, abrió cada noche durante una hora, con vinos donados por diferentes bodegas. Para evitar las aglomeraciones que, naturalmente, podrían producirse, se estableció un riguroso orden de entrada desde la calle Pelota y salida hacia Sopranis.Según las crónicas de la época, la fuente del vino tuvo muchísimo éxito, aunque nada se dice sobre si se agotaron las existencias.
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