Lo he contado tantas veces que me repito, pero no pueda evitarlo. Juan Simeón Vidarte, que fue Vicesecretario General del PSOE durante la Segunda República española, en su libro autobiográfico Todos fuimos culpables. Testimonio de un socialista español (México, 1973, reeditado en España en 1978), cuenta una conversación con el presidente de México, Lázaro Cárdenas, en la que el mandatario mexicano le dijo que el gran problema de la izquierda española era haber permitido que la derecha se adueñara de los símbolos patrios, destacando la bandera.
Recuerdo la cita cada vez que, de forma estúpida, alguien que se siente más de izquierdas que ninguno, rechaza los símbolos de la nación española, y, concretamente, lo he vuelto a recordar cuando veo que uno de los argumentos que ha empezado a circular para desprestigiar al candidato del PP, Juan José Ortiz, es un vídeo en el que se le ve gritando ¡viva España!, aunque no solo eso.
¿De verdad es necesario para demostrar ser de izquierdas negar afecto a la nación española? ¿Hay que rechazar la imagen de España? Me parece de una pobreza ideológica lamentable.
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