El gran maestro de historiadores Lucien Febvre, en su magistral libro Combates por la historia, escribió que la historia se hace con documentos escritos, pero que también puede hacerse, debe hacerse, "con todo lo que siendo del hombre, sirve al hombre, expresa al hombre, significa la presencia, la actividad, los gustos y las formas de ser del hombre" y, enumeraba, entre otras fuentes alternativas, las palabras, los signos, los paisajes..., y entre las fuentes que citaba incluyó la toponimia, es decir, el nombre de una localidad, de sus calles y de otras vías de comunicación, etc.
He querido recordar a Lucien Febvre para explicar que, como la inmensa mayoría de los ciudadanos, lamento profundamente la muerte de Gabriel, como lamento la muerte y el sufrimiento de tantos niños y adultos que padecen la sinrazón de la violencia. Sin embargo, no entiendo que por ese hecho trágico y abominable, haya que dedicarle una rotonda. Como no entendí, salvo por interés político partidista, que en Cádiz haya una rotonda a dos víctimas de ETA, asesinados alevosamente en Sevilla, pues cabría preguntar, ¿por qué a esos dos y no a otros de los casi mil asesinados por la banda terrorista?
El nomenclátor de una ciudad debe estar en consonancia con su historia. Puede haber excepciones, como plaza de la Constitución, o de la Libertad, que tienen relación con la historia nacional, con razones de estado, pero poco más.
Si la que denominan "iniciativa popular" se lleva a cabo, quizás, dentro de no demasiados años, alguien terminaría preguntando que quién era Gabriel, y mucha gente no sabría qué contestar.
2 comentarios:
Buenos días. Escribo este comentario desde la C/ Colón de una localidad de la Bahía de Cádiz. Con mis hijos (tengo 3), mi mujer y yo, nos preocupamos de explicarles quién fue Colón, y lo hacemos pese a que esa persona, que yo sepa, ni visitó la misma (entre otras cosas porque como tal mi localidad no existía en su tiempo). Igual que explicamos quién fue Colón, también explicamos que es la Libertad, la Constitución, ... porque no confiamos que la educación que reciben sea suficiente para que nuestros hijos y nietos sepan el significado de las mismas. Explicamos también sin tapujos quienes eran esas víctimas de ETA (por cierto se llamaban Alfonso Jiménez Becerril y Ascensión García Ortiz). Lo hacemos por los motivos mencionados, para que nuestros hijos y nietos sepan del valor de la Libertad, de la Constitución, y de las víctimas de ETA, personificadas en ellos. Por ello, lo explicamos y explicaremos, si esa "iniciativa popular" prospera quién era Gabriel (Cruz Ramírez, hijo de Ángel y Patricia). Y lo haremos desde nuestras profundas convicciones, yo: ateo, apolítico y mi mujer: católica y de derechas, pero ambos personas. Y lo haremos, yo sumido en la más absoluta envidia respecto de Ángel y Patricia, quienes me han demostrado, a mis 51 años, que en mi boca y en mi corazón, lamentablemente, no existía la lección de VIDA que ambos han dado a muchos españoles, sacando fuerzas de donde la flaqueza ya hacía tiempo que había desaparecido, y diciéndonos que debemos recordar a su hijo vivo y alegre. Ese don que ellos tienen, yo, insisto, lamentablemente no lo tengo, y mi actitud, mi boca y mi corazón no me habrían permitido trasladar esa lección de VIDA en el caso de que hubiese sufrido el golpe encajado por ellos. Por eso, yo apoyo firmemente esta "iniciativa popular" para que se ponga a esa rotonda el nombre de Gabriel (que significa "Fuerza de dios" -no pongo dios en mayúsculas por las convicciones apuntadas-), y desde mi C/ Colón, me encargaré de explicar a mis hijos y mis nietos quién era Gabriel y quiénes son sus padres, y el sentimiento que ellos abrieron en mi, en mi mujer y en muchos españoles. Lo explicaré, como hago con conceptos como Libertad, Constitución, Víctima (de ETA o de dónde sea -Nueva York, Paris, Londres, Bagdad, Lahore, ...-) desde mi C/ Colón en una localidad de la Bahía de Cádiz.
Efectivamente, lo más edificante del desgraciado asesinato de Gabriel ha sido la actitud de los padres, la fuerza de esa madre desechando el odio y ese padre transmitiendo serenidad, en medio de su gran dolor. Pero la gravedad y la dureza, la pena que yo también he sentido, no es motivo para lo que ha sido una petición movida por las circunstancias temporales. Es cierto que en muchas ciudades de la bahía, incluyendo la que en 1492 no era más que "un sitio", al calor del 4º centenario nominaron calles como Colón, pero eso formaba parte de un homenaje a un hecho histórico nacional y universal.
En cuanto a la rotonda a Alfonso Jiménez Becerril y su esposa, hubiera preferido un homenaje a las víctimas del terrorismo, en general.
Y mi reconocimiento a cómo educa a sus hijos.
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