En el local, pequeño y cuadrado, destacan los barriles en los que se cuidan los destilados, puesto que hay varias categorías y graduaciones, tanto de ouzo, como de brandy.
Aunque en Brettos también sirven una buena variedad de vinos griegos, e incluso cócteles, al parecer, muy apreciados.
Por eso la clientela es muy variada, desde parroquianos locales, hasta muchos extranjeros que se sienten atraídos por el colorido de la pared de fondo, personalmente, el elemento que menos me gusta de esta estupenda taberna.
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