El plan especial de seguridad en las calles con motivo de la Semana Santa se ha notado, en algunos aspectos incluso ha impresionado, como esta foto de Fito Carreto en Diario de Cádiz, en la que se ve a un policía con un arma junto a los penitentes.
Pero siguen existiendo algunas lagunas, aspectos que hay que cuidar. Entre las más importantes, el bloqueo de esquinas con sillas de playa, banquetas portátiles, etc., por parte de algunos espectadores que, además, se niegan a moverse y dejar pasar a otras personas, incluso aunque no esté pasando ninguna procesión.
Además de recordar que la libre circulación es un derecho ciudadano que nadie debe impedir, en caso de que ocurriera algo, como ya sucedió en Sevilla cuando se produjo una estampida por pánico, que las esquinas de las calles estén cortadas con sillas, puede traer consecuencias funestas.
El ayuntamiento y el Plan de Seguridad deben intervenir e impedir que se coloquen obstáculos -sillas y otros elementos-, en las esquinas. Y la cosa puede ser sencilla: unas parejas de policías que recorran las calles durante la semana advirtiendo a los que intenten cortar el paso y, si fuera necesario, una ordenanza que permita multar a los reincidentes.
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