Entiendo que el arquitecto del mamotreto de Santa Bárabara, el diseñador del paseo de Teo, defienda su obra, su trabajo, que perfiló en su imaginación y por la que habrá cobrado lo que le correspondía.
A él le gusta, y a mi. no. Y los dos tenemos derecho a decirlo, aunque en este asunto, el de los gustos, creo como yo opina mucha más gente, mientras que su opinión tiene el respaldo de Teófila Martínez y poca gente más, lo que no obsta para que el gusto de la alcaldesa -en mi opinión, el mal gusto de la regidora municipal-, se imponga sobre el de los demás: ahí está el último mamotreto del teofilato, que, además, ha costado más del millón y medio de euros.
Ahora bien, lo que no puede hacer el arquitecto es reducir las críticas a argumento político. Y, mucho menos, decir que el mamotreto de Santa Bárbara "mejora la vida de los gaditanos". Que nos lo explique, que demuestre cómo y en qué la mejora.
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