Es difícil que los trabajadores de la Escuela de Hostelería de Cádiz se crean ya lo que les dicen los enviados políticos. Yo no dudo de la voluntad y el interés de Ignacio García, pero si, como dijo que le había dicho el viceconsejero de Hacienda, solo falta la firma del Interventor General de la Junta, ¿cómo es que todavía hay que esperar tres o cuatro días para desbloquear el asunto? ¿cómo es que los trabajadores -que llevan siete meses sin percibir su salario- pueden tardar en cobrar, todavía, semanas?
Los problemas de la Escuela de Hostelería comenzaron, o al menos se hicieron evidentes para todos los que no trabajamos allí, desde mayo de 2013 y desde entonces, los diversos anuncios de solución lo único que han logrado es la aumentar la pérdida de credibilidad de la Junta de Andalucía. Parece mentira que tantos funcionarios y, sobre todo, los políticos y asesores bien remunerados como trabajan para la Junta, no hayan sido capaces de encontrar una solución al problema de la Escuela de Hostelería en más de 18 meses.
Es lamentable que un centro de formación que acumula resultados positivos, del que han salido profesionales, no solo muy cualificados, sino premiados y con reconocimiento internacional, que estaba integrado en el tejido social y educativo de Cádiz -actos culturales, colaboración con la UCA y con grupos gastronómicos, implicación en el Bicentenario...-, sufra la dejadez de quienes deberían sentirse orgullosos del trabajo realizado y ser sus principales valedores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario