Sin dudas, en la defensa de la Isla de León y Cádiz del asedio napoleónico, Diego de Alvear tuvo un papel esencial y, por ello, merece ser tan recordado como el duque de Alburquerque.
Pero para reivindicar la figura de Alvear no es necesario exagerar y, sobre todo no se deben atribuir al antepasado decisiones que difícilmente pudo tomar, pues no formaban parte de sus atribuciones. Es lo que hace José María Moncasi de Alvear cuando dice, en Diario de Cádiz, que fue Diego de Alvear quien organizó y decidió la reunión de las Cortes en el Teatro de la Isla de León, y que también fue quien decidió el traslado de las Cortes a Cádiz, tras elegir él mismo como sede el Oratorio de San Felipe Neri.
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