Al parecer, Vicente del Bosque, ante los nervios de algunos jugadores, decidió sacarlos de la presión ucraniana y traérselos a Cádiz a pasar la noche. Me cuentan que abrieron provisionalmente Valcárcel para que durmieran allí, y cenaron en el patio huevos de fraile -para que no les falten- y unas caballitas asás con piriñaca, que les llevaron de la plaza del Tío de la Tiza, y de bebida manzanilla fresquita y tinto con casera.
Esta mañana salieron a entrenar por el Campo del Sur y después cogieron el catamarán para Rota, donde un avión supersónico los esparaba para trasladarlos a Ucrania.
En la foto, saliendo de Plocia, camino del muelle para embarcar en el catamarán
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