martes, 24 de julio de 2012

Ibn Jaldún y la crisis

Mi compañero y buen amigo Juan S., me envía el enlace al blog Diario de traducción, donde su autora ha colocado un breve texto de Ibn Jaldún, un filósofo tunecino de origen andalusí, del siglo XIV, que deberían leer Rajoy, Merkel y compañía, y que, por si alguien puede hacérselo llegar, copio aquí tal y como lo publica la autora del blog citado, al que puedes acceder pinchando en su nombre:

"Acabo de encontrar este texto preparando una traducción, lo que me parece motivo suficiente para traerlo aquí, además del estupor en que he caído desde que lo leí por primera vez.
Lo que publico aquí es una traducción mía hecha a partir de la traducción del árabe al francés cuya referencia se puede encontrar al pie.

El imperio y el sultanato forman el gran mercado de la nación, mercado del que se extrae todo lo que constituye la prosperidad pública. Así pues, si el sultán no tiene dinero, o si amasa tesoros y distrae los ingresos del Estado sin querer dar a estas sumas un uso adecuado, las personas de su entorno tendrán muy poco dinero para manejar; por lo tanto, no podrán entregárselo a sus servidores ni a los que dependan de ellos y todos se verán obligados a disminuir su gasto. Ahora bien, la muchedumbre que abarrota los mercados está formada, en gran medida, por estas personas y son ellas quienes, con sus compras, contribuyen más grandemente a la actividad comercial. Así pues, cuando dejan de gastar, el mercado languidece, los comerciantes ganan poco, a causa de la escasez de dinero, lo que lleva a una disminución en los ingresos procedentes de los impuestos. Efectivamente, lo que alimenta estos impuestos y las otras fuentes de ingresos públicos son las operaciones mercantiles y los esfuerzos de aquellos que trabajan pensando en obtener ganancia y beneficios. El daño causado por el estancamiento del comercio recae sobre el Estado, pues el sultán recibe menos dinero cuando las rentas vienen a disminuir. El imperio, ya lo hemos dicho, es el gran mercado, la fuente de todos los otros mercados, el que les proporciona el combustible de los gastos y los ingresos; si languidece y si el gasto se reduce, ello debe repercutir necesariamente y en el más alto grado en los mercados de rango inferior. Por otra parte, el dinero está hecho para pasar del sultán a sus súbditos y de los súbditos al sultán; si el sultán se queda con el dinero, sus súbditos carecerán de él".
Ibn Jaldún, filósofo tunecino de familia sevillana, siglo XIV, Les prolègomènes, trad. al francés de W. Mac Guckin de Slane.


 

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