La venta ambulante de mariscos, patatas, barquillos, almendras..., como los freidores, forman parte del patrimonio y de las tradiciones gaditanas, como han reflejado en sus obras, o en sus memorias personales, Alejandrina Gessler, Antonio Redondo, José María de Puelles..., y tantos otros.
Tanto es así que, como recordaba Monforte, en los años sesenta del pasado siglo, se emitieron tarjetas postales dedicadas a esa venta ambulante tradicional, como un atractivo turístico de Cádiz. La imagen que abre esta entrada es una tarjeta que guardo, entre otras muchas, dedicadas a la ciudad. En su reverso puede leerse, "Cádiz. Canasta de erizos. Panier de Hérissons. Basket with sea-urchins", para que los turistas lo tuvieran claro:
También son imágenes tradicionales las de la venta de marisco en la calle Zorrilla, delante de la cervecería de El Puerto, o en la puerta del Pedrín -magnífica foto de Francisco Herrera-, o en la playa Victoria, lugares en los que muchos hemos consumido cangrejos, camarones, ostiones o bocas de la Isla, y aquí seguimos.
Por tanto, no se trata de prohibir, lo que hay que hacer es regular la venta y asegurar la higiene y calidad del producto. Pretender que solo hay seguridad en el consumo si se realiza en un establecimiento de hostelería, no es del todo cierto, y eso lo sabe la patronal hostelera, que conoce infecciones debidas a productos mal conservados y tratados en establecimientos afiliados, y no solo con tortilla de patatas, ni solo en Carnaval.
2 comentarios:
Hola Alberto: soy antiguo alumno y seguidor del blog, y esta entrada me ha traído a la memoria a Alejandrina Gessler, Madame Anselma y Fulana de Tal...
Me permito hacer uso de sus conocimientos para preguntarle, ¿conoce de la existencia de algún ejemplar de sus "Recuerdos de Cádiz y Puerto Real" a disposición de los lectores interesados?
Nunca lo he intentado en las bibliotecas públicas porque no tengo constancia de ediciones susceptibles de préstamo, y los escasos ejemplares que he encontrado a la venta vía Internet tienen un precio respetable como para lanzarse a ello sin conocimiento de la obra.
Gracias por permitirme este asalto (y por la respuesta, por adelantado)
Sigo aprendiendo años después de acabar la carrera asomándome a este blog, y eso siempre es un placer.
Alberto, los "Recuerdos..." de Fulana de Tal los leí en la Biblioteca de Temas Gaditanos, ahora en la calle San Francisco.
Saludos cordiales.
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