Sin lugar a dudas, uno de los acontecimientos revolucionarios más importantes del comienzo de la contemporaneidad, en España y en otros muchos lugares de Europa, fue disolver, acabar, con el sistema gremial.
Por eso me cuesta entender que, quienes se definen de izquierda, defiendan el corporativismo medieval, cerrado, intransigente e insolidario de los estibadores.
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