La foto es de ABC
Que un ciudadano corriente, incluso algún periodista, no tenga claro la diferencia entre una providencia y un auto judicial, que afecta a aforados, puede parecer normal. Pero que un diputado, aforado por tanto, con una alto cargo en un partido, olvide intencionadamente que para establecer un auto judicial de imputación por delito a un aforado, hay que solicitar un suplicatorio al Congreso y al Senado para juzgarlos, es pura demagogia, puro lenguaje tramposo de político.
Sobre los aforados, sobre los que se han lanzado sospechas por los EREs, todavía el Tribunal Supremo no ha pedido un suplicatorio de desafuero, por lo que se podría concluir que, todavía, el instructor no ha llegado a la absoluta convicción de que pudieron cometer un delito. Cuando lo piense, solicitará que se curse el suplicatorio e imputará a los aforados mediante un auto judicial.
Lo explica, muy bien, Ernesto Ekaizer en su blog Analítica.
Habrá que esperar, pues, a ver que decide el juez instructor.
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