Cuando al Partido Popular se le acaban las ideas, las pocas ideas que tienen, pues siempre son las mismas -lo mío y lo de mis amigos-, siempre recurren al mismo cliché: la herencia que le dejaron los socialistas, los rojos.
¡Qué suerte que haya sociatas!, ¡qué suerte que, aunque pocos, haya rojos!, dirá alguno de los ideógrafos del PP: cuando las pocas ideas que tenemos se hayan exprimido, siempre nos quedará recurrir a la herencia socialista, ya sea de González, de Rodríguez Zapatero, o de Carlos Díaz, en el caso de Cádiz.
La herencia, bendita herencia socialista. Y si alguien duda, todavía les queda, a los peperianos, recurrir, como hizo Franco, y como hace Cospedal, al miedo al Frente Popular y al caos, la nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario