Una de las imágenes que más curiosidad despiertan a muchos paseantes por la Alameda al amanecer, es la de barcos pesqueros regresando a puerto seguidos por decenas de gaviotas.
Sin embargo, he leído que las gaviotas siguen a los barcos cuando los pescadores están tirando al mar tallas no legales, especies de poco interés comercial, incluso el excedente de captura sobre el cupo diario permitido. Y que eso supone anualmente unos siete millones de toneladas de pescado, casi un 8% de la pesca global.
Si es así, se trata de un despilfarro que no se puede permitir y que, según organizaciones medioambientales están provocando la extinción de especies y pueden conducir al agotamiento de pesquerías en pocos años.
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