La cosa parece que va empeorando. Según dicen, vamos entrando en recesión. Y ¿sabe de quién es la culpa?, de usted, que no consume. Si consumiera, si gastara más, reactivaría la economía, pero, como usted no gasta, como el consumo está bajando, la economía está empeorando. La culpa la tienen, fundamentalmente, dos colectivos, el de los funcionarios, que están gastando menos, que están dejando de acudir a los bares a desayunar y a tomar el aperitivo, y el de los parados, que además de exigir un subsidio, encima no se lo gastan para reactivar la economía, ¡si serán insolidarios! Al final, como siempre, la culpa es de los curritos de a pie, y de los que han dejado de ser curritos y se pasan al sol, no sólo los lunes, sino la semana entera.
Ya conocen los datos publicados esta semana: la economía española se dirige a la recesión, y, dicen los expertos, que la causa es la caída de la demanda interna, “en la que confluyen los efectos del elevadísimo desempleo (ya un 23% de la población activa), la sequía del crédito, los rescoldos del estallido de la burbuja inmobiliaria y el creciente ajuste presupuestario”. Es decir, que el descenso del gasto de los hogares, el desempleo y la rebaja de los sueldos, hace que la economía empeore. Pero ¿en qué quedamos? ¿No decían que hay que recortar para mejorar la economía nacional y europea? ¿No decían que la administración está inflada y que sobran trabajadores, sobre todo en educación y sanidad? ¿No decían que hay que bajar salarios y pensiones para ahorrar? Y ahora, dicen que, como han bajado los salarios y hay más desempleo, la cosa va peor. No hay quien lo entienda.
O quizás sí, algunos lo entienden. La banca ha calculado ya cuánto dinero necesita en ayudas estatales para seguir “funcionando”, aunque no para dar créditos, ni para rebajar el parqué inmobiliario que está en sus manos, incluyendo los pisos embargados por impago de hipotecas, que siguen ofreciendo al mismo precio que antes. Y anuncian fusiones, para crear bancos más fuertes, como dice el ministro Guindos, eso sí, a costa de reestructuraciones de empleo, como Banca Cívica, fusión de cuatro cajas de ahorro que, mientras sus directivos brindan por la fusión, calcula que tiene que despedir a 1.480 trabajadores y cerrar 156 oficinas… Mientras, administraciones públicas tardan alrededor de un año de media en pagar a sus proveedores. Pero ni la banca, ni las administraciones públicas tienen culpa de lo que pasa. La culpa la tiene usted, que no consume.
Y, mientras tanto, hay voces que claman en el desierto denunciando que la solución no son los recortes, sino todo lo contrario. Lo han dicho muchos economistas que no confían en las directrices de la eurozona, y menos en los criterios de la banca. Y lo dijo, hace más de ocho meses, un informe de la ONU en el que se concluía que las medidas de austeridad adoptadas por muchos gobiernos occidentales, con la excusa de la grave coyuntura económica, menoscaban el crecimiento económico, retrasando así la recuperación.
Publicado en Diario de Cádiz, 18 de febrero de 2012
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