Teníamos ganas de ir a "Burlesque". Por experiencia, nos gusta esperar unos días antes de ir a un local nuevo, preferimos que coja rodaje, pero hay que reconocer que en esta ocasión hemos tardado más de lo habitual.
La primera impresión fue positiva, consecuencia del trato amable y profesional de las camareras. También buena impresión de la carta, en platos y vinos, pese a que uno de los platos que nos habían recomendado ya no está incluido, ni tenían la primera opción de vino que escogimos, así que nos quedamos con la segunda.
Sobre el menú, pedimos en primer lugar dos piezas de "Flor de alcachofa a la brasa, yema curada y panceta ibérica", un plato que se termina ante los comensales, bien elaborado, sabores equilibrados, nos gustó.
De segundo pedimos para compartir la "Dorada frita envuelta en alga marina". Nos sorprendió la excelente combinación, pues, pese a la fuerza del alga, respeta el sabor de la dorada, muy bueno.
Pero, al menos, en nuestro plato, la dorada no estaba bien limpia de espinas, lo que no sería un problema si la dorada no estuviera envuelta en algas. El problema está, precisamente, en la gracia del plato. Al estar el pescado envuelto en el alga, es casi imposible detectar las espinas, por lo que más de una terminó clavada en el paladar, no fue muy grave, pero sí desagradable. Hay que limpiar con más cuidado el pescado, para evitar percances mayores.
La desilusión vino con el tercer plato, también para compartir, la "Terrina de cordero a baja temperatura y acabado a la brasa con aroma a encina". La imagen del plato era muy apatecible, pero al catarlo todo cambió. Las patatas que acompañaban, de calidad más que mediana, estaban duras. Y el cordero estaba tan salado que tuvimos que dejar prácticamente la mitad en el plato de servicio. Lo comentamos, pero solo obtuvimos las disculpas amables de la camarera, que, evidentemente, no es responsable de los fallos de cocina.
Y un último detalle, el pan. Junto a dos paquetitos de picos, tres rebanadas de un pan anodino, del que solo cogimos una rebanada -de la que más de la mitad se quedó en el plato-, y a un precio excesivo en relación a su calidad.
No fue una buena experiancia, pero tenemos por costumbre dar una segunda oportunidad a los locales nuevos, eso sí, esperaremos otra temporadita antes de volver.
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