En enero de 2022, cuando en una entrevista le preguntaron a Noam Chomsky sobre el asalto al Capitolio impulsado por Trump, fue muy claro, "fue un intento por derrocar un gobierno electo... es un golpe de Estado..." Y añadió, "ese propósito ha sido seguido por un golpe blando, que está ocurriendo cada día ante nuestros ojos", un golpe, explicaba, que se había planeado de forma cuidadosa, por lo que "la democracia estadounidense corre un grave peligro".
La foto es de Reuters
Lo que está ocurriendo en España, que ha llevado a Pedro Sánchez a encerrarse en su cuarto, es lo que se denomina un "golpe blando", es decir es un intento de golpe de estado no violento, que tiene el mismo objetivo, derrocar al gobierno y sustituirlo por otro al gusto de los perpetradores del golpe.
Hay suficiente bibliografía sobre el tema, sobre todo en Iberoamérica, donde han sido frecuentes, muchos de ellos impulsados por potencias extranjeras, con Estado Unidos a la cabeza. Lean, por ejemplo, a Marcos Roitman, Por la razon o la fuerza. Historia y memoria de los golpes de estado, dictaduras y resitencia en América Latina (2019), para comprender cómo se han generado y se ejecutan los golpes de estado, violentos y blandos.
Contra los gobiernos de Sánchez se han utilizado casi todas las técnicas de los golpes blandos: difusión de rumores y noticias falsas para generar un clima de malestar y crispación social, destacando las que se presentan como denuncias por corrupción o delitos de cualquier tipo, cuanto más escandalosos mejor, aunque después, al cabo de meses o años, un juzgado archive al caso, pero el objetivo se ha conseguido, el mal ya está hecho -calumnia, que algo queda, dice el refrán; manipulación de la gente para que se manifieste y proteste, si es violentamente, mejor -recuerden las concentraciones ante la sede del PSOE en la calle Ferraz; fomento de una imagen de ingobernabilidad y acusaciones de ilegitimidad del gobierno electo -todos lo miércoles en la sesión de control del gobierno; campaña mediática, con medios de comunicación afines que, proclamando su libertad de expresión, publican grandes titulares, en portada, con noticias falsas, aunque días después reconozcan la falsedad, eso sí, en letra pequeña y en una página interior del periódico.
Todo ello es lo que ha ocurrido y está ocurriendo en España, un golpe blando gestado por lo que se denomina el "estado profundo" (deep state), ese conjunto de corporaciones sociales y económicas, que incluyen a algunos elementos de la milicia, de la judicatura, altos funcionarios, medios de comunicación..., que consideran que su estatus y sus privilegios están en peligro, recurriendo a cualquier medio y cualquier eslabón de su cadena jerárquica para socavar al gobierno. Cómo interpretar, si no, que un juez de curso a una demanda basada en noticias de prensa, algunas ya desmentidas, sabiendo, como debe saber, que hay doctrina de Tribunal Supremo que prohibe abrir causas judiciales basadas solo en noticias periodísticas. Pero parece que da igual, lo importante, como dice Martín Pallin, es la guerra judicial y subsiguiente campaña mediática, que genera en la sociedad el debate -manipulado, añado yo.
Lo que estamos viviendo en España en un "golpe blando", pero un intento de golpe de estado, al fin y al cabo. Por eso Pedro Sánchez se equivoca, si hay un golpe de estado en marcha no hay que reflexionar, hay que hacerle frente, detenerlo y continuar en la lucha.
PD. Quien tenga interés por saber más:
Damián del Clot, Anatomía del deep state español. En defensa de la razón de estado, 2023.
Arantxa Tirado, El lawfare. Golpe de estado en nombre de la ley, 2021.
josé Antonio Martín Pallín, La guerra de los jueces, 2022.
3 comentarios:
A las cosas hay que llamarlas por su nombre, efectivamente es un golpe.
Así es. La no renovación del Consejo del Poder Judicial no es un atisbo de gole blando?
Muchas gracias, Alberto, por escribir esta reflexión tan importante en estos momentos tan importantes de la democracia española.
Un saludo.
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