Es correcto que se haga una convocatoria pública para contratar la elaboración de las figuras del Dios Momo y la Bruja Piti, que, tras figurar durante unos días en el balcón del ayuntamiento, se quemarán el Martes de Carnaval y el Domingo de Piñata, respectivamente. Lo que llama la atención es que, en la convocatoria, en un caso, el del Dios Momo, se exijan unos atributos en positivo, y en el de la Bruja Piti, se exijan en negativo.
Me explico. Me parece un acierto que, para representar a Momo, se recuerden y exijan los atributos que caracterizan a esta figura mitológica: una máscara y un "cetro" en cada mano, que es como se le ha representado habitualmente, como comentamos en su día aquí, o como aparece en la portada del libro El dios Momo, publicado en 1886:
Por contra, sorprende que para la Bruja Piti se indique lo que no debe parecer, es decir, se exige que no se la represente como una vieja fea y con una verruga en la nariz, condicionando la creatividad del diseñador. Creo que lo que se debería haber indicado son algunos atributos con los que, generalmente, se representa una bruja, por ejemplo, la escoba (voladora) y el gorro cónico, dejando a criterio del creativo el resto de la imagen, ya sea un bruja joven o vieja, guapa o fea, con piel lisa o defectuosa... En cualquier caso, imponer cánones de belleza está desfasado.
Nota. La imagen que abre el comentario es de la serie "Los Caprichos" de Francisco de Goya, concretamente el capricho 68, titulado "Linda maestra", que representa a dos brujas cuyas diferencias físicas son notables; una vieja, la maestra, que guía a la joven discípula, volando en la escoba.
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