La foto procede del último número de la revista de Amnistía Internacional. Me parece terrible.
En primer plano, un chaval camina tranquilo, mirando con cierto desparpajo y curiosidad al fotógrafo. Detrás, una mujer, de apariencia joven, camina bien tapada -apenas percibimos su nariz-, intentando no llamar la atención, mirando al suelo como muestra de humildad y sometimiento, seguramente asustada, mientras un "guerrero", defensor de la nueva y excluyente realidad afgana, la observa con la arrogancia, chulería sería más exacto, que le da el poder machista instaurado en su país, que considera a las mujeres seres inferiores y sometidas al varón, a cualquier varón, en un claro desprecio a los derechos humanos más elementales, mientras el resto del mundo mira hacia otro lado.
Lo dicho, terrible.
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