Foto, Europa Press
Estamos asistiendo a la campaña electoral más vacía de contenido político que recuerdo, sobre todo por parte de la derecha, que parece desquiciada. Abascal solo repite lo de la reconquista, y le da igual la verdadera historia de España; Rivera y Casado solo hablan de la maldad de Sánchez, como dos novios despechados. Y en esa dialéctica de rabia incontenida, se llega a la vileza.
No otra cosa me parece la afirmación de Pablo Casado cuando anuncia el gobierno de Pedro Sánchez: Pablo Iglesias, vicepresidente económico y ministro de Interior; Torra de Administración Territorial; Puigdemont de Exteriores; y Otegi de Justicia. Como bien dice Sánchez Harguindey, solo le ha faltado incluir a Bárcenas o Rato para llevar la economía.
Es posible que la gracieta gustara a sus seguidores, incluso que la aplaudieran a rabiar, pero me parece ruin.
¿No habíamos quedado que la política está para solucionar los problemas de los ciudadanos? Que en vez de denigrar al contrario, propongan medidas para mejorar la vida de los españoles. Que digan si van a mantener la sanidad y la educación públicas, si van a mejorar el sistema de pensiones, cómo van a crear empleo..., ese debe ser el mensaje, no especular, hasta el ridículo, con las intenciones del adversario.
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