Creo que es absolutamente contradictorio pedir que se considere el Carnaval en Cádiz patrimonio inmaterial de la humanidad y, al mismo tiempo, pretender cambiarle su sentido original, su esencia, cambiando las fechas.
El Carnaval, histórica y tradicionalmente, se celebraba los tres días previos al miércoles de ceniza. Si no se respetan las fechas, podrían ser fiestas típicas gaditanas, botellón oficial callejero, feria de invierno, o jolgorio municipal gaditano, pero no Carnaval tradicional. Y, entonces, dudo mucho que la UNESCO, que cuida las tradiciones, le concediera al Carnaval en Cádiz el título que se está pidiendo.
Y todo, para potenciar un concurso que, digan lo que digan, no es Carnaval en sentido estricto.
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