Ayer, con los compañeros de la Universidad Nacional Autónoma de México que participan en las
jornadas sobre la influencia de Cádiz en el constitucionalismo mexicano, trazamos un recorrido por las casas donde residieron los diputados de México durante las Cortes, y lo hicimos marcando los edificios sobre el plano de Cádiz, de Tomás de Sisto, de 1812.
En el recorrido quiesieron ver también la
placa equivocada que el ayuntamiento dedicó a Gordoa.
Plantearon intentar que los ayuntamientos de los que procedían los diputados novohispanos donen las placas que faltan, que son casi todas, para testimoniar la estancia de sus compatriotas en Cádiz.
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