El recurso a la expresión "vecinos y vecinas" como muestra de reconocer y fomentar la participación ciudadana en la toma de decisiones sobre la ciudad, era una de las mejores apuestas del actual gobierno municipal, pero ahora puede dar la impresión de que no era del todo sincera: culpar a un sector vecinal de que la licitación de la carpa haya quedado desierta, no es de recibo.
Todos los años había grupos de vecinos que se quejaban de la instalación de la carpa y, sin embargo, se adjudicaba a los empresarios que más pujaban. Si no recuerdo mal, en los últimos años la empresa especializada en eventos, Hermanos Toro, fue la adjudicataria, pujando alto sobre el precio de salida. Por ejemplo, en el año 2020, el precio de salida fue de 90.000 euros -igual que este año- y la adjudicación se hizo por 251.000 euros. Aquí está, seguramente, la clave del enfado municipal, en la pérdida de ese importante ingreso de dinero, y se puede entender perfectamente el mosqueo, lo que no se entiende es que se culpe a los vecinos y las vecinas.
En la foto, de Cádiz Directo, la carpa del año 2016.
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