Antes de las elecciones, todos los partidos prometen, ya lo decía el Hermano lobo en 1976.
No estaría mal comprobar los incumplimientos de promesas electorales anteriores, a la hora de elegir a quién votar. Pero, sobre todo, la ideología del partido al que se vota, si está a favor de los ciudadanos, de los trabajadores, o de las empresas y el capital. Si apuesta por lo público, o ha demostrado favorecer a la empresa privada, por ejemplo, en la educación y en la sanidad.
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