lunes, 8 de enero de 2018
Reyes Magos y laicismo
Me sorprende que todos los que protestan de que el gobierno municipal acuda a un acto protocolario confesional, o de que una pancarta esté amarrada al balcón de un edificio municipal, callen cuando el ayuntamiento organiza la fiesta de los Reyes Magos. Parece que la magia de los de Oriente les obnubila y no se dan cuenta del cortejo de coches oficiales -municipales- que en la mañana del día 5 de enero cortaban, por ejemplo, la calle Zaragoza, para visitar a una corporación religiosa, ni les molesta que haya concejales que presidan -caminen- en la cabalgata de los Reyes Magos, ni les parece mal que el alcalde se dirija a los niños para explicarles que los Reyes Magos le han comunicado que llegarán antes a Cádiz para evitar la lluvia.
Quizás no sepan que la fiesta de los Reyes Magos es una fiesta religiosa, transformada en fiesta popular infantil, pero religiosa al fin y al cabo. Y en este caso no sirve la excusa de decir que están celebrando el solsticio de invierno para intercambiar regalos, por cierto, recurriendo al amigo invisible -un invento norteamericano, dicho sea de paso-, olvidando que la fiesta de Navidad es la versión cristiana de la celebración del solsticio invernal.
Como en el fondo estoy de acuerdo en que el ayuntamiento organice la fiesta de los Magos de Oriente, y me parece bien que los ediles controlen su desarrollo, reitero lo que pienso sobre el laicismo y las obligaciones protocolarias municipales: si no se quieren cumplir, que se lleve una propuesta a pleno, y se termine con determinadas obligaciones oficiales, mientras tanto, que se cumpla con la norma y la tradición, pero en todos los casos, no cuando les apetezca o les parezca más rentable políticamente.
En la foto, de Diario de Cádiz, la recepción del alcalde a los reyes en el pasado mes de noviembre.
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