Es evidente que el flamante, dicharachero y ególatra ministro de Educación, José Ignacio Wert, piensa como Nikita Kruschev, quien afirmó: "Los historiadores son gente peligrosa, son capaces de transtornar todo".
Es lo que se deduce tras conocer los planes del ministro sobre enseñanza de historia en determinados niveles de la secundaria (se puede ver aquí), una reforma que, es evidente, se plantea desde el convencimiento ministerial de la importancia política del estudio de la historia, por eso, como ya ocurrió en otros tiempos, es preferible que los alumnos se dediquen a adquirir otras habilidades menos peligrosas, antes de que aprendan, mediante el estudio del pasado, a comprender y cuestionar el presente.
No sé si Wert ha leído El Quijote, pero seguramente alguno de sus asesores áulicos le habrá chivateado lo que escribió Cervantes:
"...habiendo y debiendo ser
los historiadores puntuales, verdaderos y no nada apasionados, y que ni el
interés ni el miedo, el rencor ni la afición, no les hagan torcer del
camino de la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de
las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia
de lo por venir" (Miguel de Cervantes: El ingenioso hidalgo Don Quijote
de la Mancha, primera parte, capítulo IX)
y Wert ha decidido tomar medidas.
1 comentario:
Digamos que sabe que es importante, a la manera de los teólogos medievales sabían de la importancia de la Biblia para quienes no sabían leer. Pero sin meditar, sólo de oídas.
Porque de haber leído y reflexionado sobre la Historia de España desde el Siglo XIX, no estaríamos hablando de un ministro conservador, sino de un auténtico majadero incendiario.
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