Ayer, como tantos otros, estuve en la inauguración de "El bache del bohemio", la apuesta tabernaria de Luciano Albarrán, una apuesta que me gusta por proceder de quien se podía haber acomodado y ha elegido lo contrario, mientras, seguro, sigue meditando.
Muchos amigos y conocidos en la inauguración, y tuve el privilegio de llevarme el primer tique del local, como certificó Luciano, y muestro en la imagen.
Le deseo éxito, se lo merece.
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