Tras una etapa de gran prosperidad, consecuencia del monopolio del comercio americano logrado a partir de 1717, que no se quebró tras la pérdida del monopolio en 1778, las primeras dificultades económicas para la ciudad de Cádiz comenzaron en la década de los noventa del siglo XVIII, como consecuencia de las guerras con Inglaterra, hasta 1808-1810. Tras la Guerra de la Independencia, la emancipación de las colonias españolas en América provocó la caída del comercio gaditano, produciéndose una cadena de quiebras de casas comerciales que alcanza en 1.824 a 227 de las 623 existentes. Por esos años la medida que se planteó para tratar de paliar la situación fue convertir a Cádiz en Puerto Franco, concesión que se logró en febrero de 1829, pero que, por circunstancias políticas, fue anulada en 1831. La situación de declive no llegaría a su fin hasta el momento en que las nuevas naciones americanas, las excolonias españolas, comenzaron a normalizar sus relaciones económicas con otros países, entre ellos España, y poco a poco Cádiz volvió a recobrar algunas de sus funciones proveedoras de América. A partir de la década de los cuarenta, consolidada la independencia, ganaderos, comerciantes y hacendados de Iberoamérica recuperaron el antiguo tráfico comercial, esta vez en igualdad de condiciones, y Cádiz recuperó, en parte, su papel como centro de intercambio. Por ello, a mediados del siglo XIX la ciudad vivió un moderado optimismo que se va a convertir en acicate de nuevas aventuras económicas. El comerciante gaditano, acostumbrado a un negocio comisionista, comprendió que necesitaba diversificar su actividad invirtiendo en actividades industriales, financieras, mineras y mercantiles. Surgen así todo tipo de compañías para comerciar al por mayor y al por menor, para invertir en negocios mineros, para implantar industrias, para establecer bancos, para comerciar con vinos, para la fabricación y venta de jabones, para establecer empresas de transporte, etc.
Manuel Ravina Martín acaba de publicar el Catálogo de las compañías mercantiles de Cádiz (siglo XIX), editado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, una herramienta esencial para conocer el panorama de la creación de compañías de comercio con que, desde Cádiz, se quiso dar viabilidad a negocio mercantil en la centuria decimonónica. Con el carácter metódico y concienzudo del buen archivero, Ravina ofrece a los investigadores las pistas esenciales sobre casi 2.500 compañías creadas en Cádiz en el período referido. El catálogo, que desvela los entresijos de la economía gaditana abriendo una gran puerta a nuevas investigaciones, está dedicado a otro gran profesional de la archivística que recientemente nos dejó, Alberto Sanz Tréllez, quien durante años formó equipo con Manolo Ravina para facilitar buenos y útiles instrumentos para la investigación histórica en el Archivo Histórico Provincial.Publicado en Diario de Cádiz, 18 de junio de 2011
1 comentario:
Enhorabuena a Manuel Ravina. El conocimiento del comercio gaditano necesitaba de instrumentos como el que ofrece este libro.
Un sentido y emocionado recuerdo a Alberto Sanz Tréllez.
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