Llama la atención que, en diversas notas y noticias aparecidas en medios de comunicación, se haya dicho, con cierta insistencia, que Ramón de Carranza es una figura poco conocida, incluso en los interesantes artículos que hoy publica Diario de Cádiz sobre el que fuera alcalde de Cádiz, se reitera la idea del desconocimiento, hasta el punto de que uno de los artículos se titula "Una reflexión sobre una figura desconocida".
No es así; quizás el problema es el desconocimiento -u olvido- de quienes han opinado sobre Ramón de Carranza de que hay publicada una completísima biografía, de la que es autor Joaquín Piñeiro Blanca, profesor titular de Historia Contemporánea de la UCA, cuyo trabajo -por cierto, la primera tesis doctoral que dirigí-, fue publicado por Diputación y el Servicio de Publicaciones de la UCA en 1997. Y es fácil de encontrar: poniendo Ramón de Carranza en san Google, aparece el libro de Joaquín Piñeiro.
Un libro, dicho sea de paso, que no es corrosivo con la figura de Carranza, pero en el que queda clara su ideología, su implicación, personal y voluntaria, con el golpe militar franquista y su labor depuradora en el poco tiempo que ocupó la alcaldía entre 1936 y 1937. Al igual que hay datos sobre el famoso expediente Barahona -que nadie ha nombrado en estos días-, un expediente que analizó la alcaldía carrancista, destacando errores administrativos, excesos en las grandes obras y el gran endeudamiento que dejó en la Hacienda municipal. Aunque, como indica Piñeiro, no se culpaba gravemente a Carranza, éste no paró hasta conseguir, en 1934, que se suspendiera el expediente para limpiar su prestigio.
4 comentarios:
Se lee muy poco. Ese es el problema.
En el año 36 despues de las quemas de conventos e iglesias y de los asesinatos de monjas sacerdotes y otras personas por las milicias azuzadas por Psoe y los comunistas y apoyados por Stalin casi todas las personas sensatas estaban a favor de la intervencion del ejercito. Visto eso desde la perspectiva de hoy es como si quisieramos juzgar a Napoleon.
Un dato muy científico, pues, ¿quién decide qué persona es sensata?
Pero, si partimos de que no todas las personas sensatas querían la intervención del ejército y de que más de media España se opuso al golpe militar, concluiremos que los partidarios de la intervención militar eran minoría. Eso sí, violentos y apoyados por Hitler y Mussolini, dos personajes tan buena gente como Stalin.
Cambiar el nombre de una instalación deportiva porque subtitular, debe ser prudente mente percibido, como alguien que no debe ser honrado en la memoria pública.Excepto, eso sí por sus admiradores en su comportamiento y participación en la venganza civil o criminal e incluso sangriento e indigno de sus decisiones , en un momento decisivo de la historia de España.Quizas ello no le reste mérito a otros de sus comportamientos humanos o profesionales.Pero su trayectoria de juzgador de vidas y bienes, sin duda no le honra precisamente.
Y eso es una realidad.Sea uno cristiano o pagano.Es el juicio del tiempo y de la historia y como dice el Evangelio ( si hay que recurrir a el) La verdad os hará libres.Y de eso en este País no somos precisamente ejemplares.Por hipocresía o por negación de aceptar nuestras vergüenzas como sociedad e historia de la crueldad política de esta Nación en el siglo XIX y XX.
Correcto, educado y profesional en su criterio es el Historiador don Alberto Ramos.Escasamente pródigo en decir pamplinas.
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