Aunque apoyo sin reservas la iniciativa de solicitar para el Carnaval de Cádiz la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, de la que me informó y pidió respaldo Javi Osuna, que ha sido el primero que, últimamente, ha empezado a mover las cosas, estoy de acuerdo también con lo que ecribe hoy en Diario de Cádiz José Joaquín León, pues todos deberíamos unirnos para lograr la declaración de Cádiz como Patrimonio de la Humanidad. Méritos no le faltan.
Al artículo de José Joaquín León, solo una matización. Del asunto se comenzó a hablar con la alcaldía que precedió a Carlos Díaz, y el propio ayuntamiento argumentó que las exigencias de tal declaración perjudicarían al comercio, por lo que no se apoyó. Volveremos sobre el tema otro día
2 comentarios:
La declaración de Cádiz como Patrimonio de la Humanidad puede ser buena y mala al mismo tiempo. Obligaría a mantener la ciudad en unas condiciones de presentación y limpieza ahora imposibles por la falta de civismo. Probablemente se impondría la eliminación de cualquier elemento que "afee" la ciudad y, con el tiempo, podríamos ver a Cádiz convertido en la peor Córdoba: muy bonita, pero casi convertida en un decorado. Donde a lo largo de muchas calles es imposible encontrar una tienda de comida o un supermercado. Y si Cádiz ya está decaído, podría quedar vacío de contenido y de actividad que no fuera exclusivamente hotelera, hostelera y turística. Que el futuro y el presente pasan por el turismo, es seguro, pero tendríamos que saber a qué aspiramos y qué ciudad queremos. Si se trata de un escaparate bonito, muy bonito, adelante y el primero que encuentre una cabina, que llame a la Unesco.
...me ha faltado decir que deberíamos saber a qué nos obliga ser Patrimonio de la Humanidad. Qué restricciones legales se deberán aplicar a arquitectura y actividades económicas. Y saber qué fuera del centro no hay una periferia (como sí la hay en otras de estas ciudades) sino el mar, y que al que no le guste el centro, se tendrá que ir más allá de las Puertas de Tierra o de la propia ciudad, como muchos ya hicieron por otras razones.
Además, creo muy posible que se agraven las tensiones entre las dos administraciones eternamente enfrentadas y ninguneadoras del otro cada vez que haya un PGOU, una obra de envergadura, un cambio de cualquier uso o actividad de un edificio, etc.
Si Cádiz lucha por ese título, me gustaría no tener la sensación de ser Grecia queriendo entrar en el euro, que es lo que ahora me parece el caso.
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