Se quejaba hace unos días un taxista de la poca ayuda que les presta el ayuntamiento para realizar su trabajo, recordando que son un servicio público al que se le ponen dificultades de tráfico y paradas. Por ejemplo, decía, las obras que coinciden por distintos trayectos, dificultando la circulación, provocando retenciones, alargando la carrera, con el consiguiente encarecimiento para el cliente, que se queja y hace menos uso del servicio de taxis. Y comentaba también los cambios, por largas temporadas, de las paradas de taxis, como ocurrió con las obras del aparcamiento de Canalejas, o las que hay ahora en San Juan de Dios; y de la falta de señalización de las paradas, de dónde encontrar un taxi.
Oyéndole me acordé de cómo las paradas de taxis están señaladas en Irlanda, un ejemplo que se podía seguir. Este ejemplo es de Killarney: la señal, visible desde varios puntos, señalaba a una parada de taxis situada en la otra acera, a unos 150 metros.
Esta otra es de Cádiz, durante las obras de ampliación del aparcamiento de Canalejas. Ante la ausencia de señalización del cambio de lugar de la parada, hubo que agudizar el ingenio.
Sobran los comentarios.
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