Entre las características personales de Fernando VII destaca su facilidad para jurar y perjurar, sobre todo cuando se trataba de adherirse o despreciar la causa constitucional.
El 1 de octubre de 1823 Fernando era "rescatado" por el ejército francés dirigido por el duque de Angulema, y en El Puerto de Santa María emite el decreto de anulación de la Constitución de 1812, que había jurado en marzo de 1820.
El decreto, publicado en la Gaceta de Madrid el 7 de octubre, fue reproducido por el Diario Mercantil de Cádiz el día 15. El texto no tiene desperdicio:
2 comentarios:
Para que vean con este suceso del pasado, que marcó nuestro siglo XIX, lo fácil que es convertir en papel mojado una Constitución.La historia se repite, parece una frase de la Tía Norica ;y sin embargo la partitocracia de la Hispania plurinacional, se la pasa por las pelotas del caballo de Espartero. Según el menú de día, de los Episodios Nacionales y la necesidad de los tres poderes del Estado.Ya lo dijo Lenin:Libertad para que ?.
Como parece que dijo Cicerón : La historia es maestra de la vida.Asi que apuntarse el cuento, quien no sea crítico con los derroteros políticos del País,Y tome buena nota.
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