lunes, 18 de julio de 2016
Misa de sufragio vergonzante y vergonzosa
Este personaje estrafalario, pagado de sí mismo, que se siente príncipe decimonónico, organiza una misa de sufragio por el dictador Franco y, con cobardía, trata de simular su vergonzante homenaje escribiendo "Suf.Francisco F."
Antonio Cañizares representa la España reaccionaria y resistente al progreso social, soberbio y lenguaraz, ataca la ideología de género que, junto a lo que llama imperio gay, considera que va a destruir los cimientos de la sociedad patriarcal y machista que tanto le gusta, mientras que en un ejercicio de desprecio hacia los derechos humanos, considera un peligro las acciones humanitarias con los refugiados.
Y, encima, es académico de la Real Academia de Historia, con el único mérito de ser obispo, pues no creo que la biografía de Santo Tomás de Villanueva, el único libro, publicado en 1973, que se podría considerar de historia, sea motivo suficiente para sentarse en el sillón que tan dignamente ocupó Rumeu de Armas. Por cierto, a su discurso como académico respondió Luis Suárez, quién si no.
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4 comentarios:
Es probable que el modisto Valentino, no hubiese encontrado nunca en el cardenal Cañizares y su traje carnavalesco propio de la Venecia de Giacomo Casanova, la prestancia del cuadro del cardenal-duque de Richelieu, realizado por Philippe de Champaigne, que se encuentra en la Narional Gallery de Londres. Junto al cardenal presente en la imagen se nota la ausencia del cardenal de Rohen y del conde de Cagliostro, personaje claves en la historia del collar de la reina María Antonieta, como Cañizares es clave en la Santa Chiesa Cattolica que recibía a un dictador bajo palio en un recinto sagrado.Mucho debería humildemente aprender del obispo sudafricano y del mensaje de paz y consuelo a las víctimas y a su familiares de Desmond Tu Tu.
Al Sr. del comentario: no se trata de un traje carnavalesco ni del capricho del cardenal: "La capa magna es una prenda larga y suelta, sin mangas, que se coloca en los hombros, que tiene una capucha y una cola larga llamada cauda, que los obispos pueden usar en sus diócesis en las festividades más solemnes. (Ceremonial de Obispos, n. 1200).
La capa magna es de lana morada para los obispos y arzobispos; de seda muaré morada para los nuncios; y de seda muaré roja para los cardenales.
Por considerarse un signo de jurisdicción, no se puede usar fuera del lugar donde ella se ejerce, como se ha dicho. Por ello los obispos (salvo los auxiliares), pueden usarla en su diócesis, los arzobispos en su provincia; los nuncios en los territorios de su legación; y los cardenales y el papa en cualquier sitio. Antiguamente, cuando el ordinario permitía por cortesía que un obispo visitante celebrase al trono (es decir, que se sentara en la sede episcopal), automáticamente le concedía para la ocasión el uso de la capa magna.
Históricamente, existían dos clases de capa magna: la de verano y la de invierno. La de verano estaba rematada con una vuelta en seda en la parte posterior. La de invierno, estaba cubierta por una esclavina de armiño blanco que sustituía la vuelta de seda. El forro de armiño quedó suprimido en 1969, quedando sólo en uso el modelo estival.
Anteriormente estaba prescrito el largo de la cauda: 7 metros para los cardenales y de 3,5 para los obispos. Por esta extensión, se necesitaba que un clérigo, llamado caudatario, la sostuviera por la parte posterior. En presencia de un cardenal, los obispos la recogían en su brazo, sin caudatario. Asimismo, en Roma los cardenales siempre la llevaban recogida en su brazo, y solo la extendían al prestar juramento al papa, o en el consistorio en que eran creados cardenales. Cuando la llevaban la cola trenzada y recogida, se le denominaba cappa parva o cappa praelatitia reflexa.
La capucha solo se utilizaba, en lugar del bonete, durante los oficios de Semana Santa. Y los cardenales la usaban, además, bajo el galero o capelo cardenalicio durante su consistorio de creación.
Hasta el siglo XIX los papas también usaban capa magna roja, únicamente en los Maitines de Navidad, que la usaban de terciopelo, y en los Oficios de Difuntos y Tinieblas, que la usaban de sarga".
Al Sr/a Babil: le agradezco su explicación,respecto al uso de la vestimenta de los jerarcas de la Santa Chiesa Cattolica según la estación, la ocasión y sobre todo la magnífica tela, color y la maestría del sastre adecuado para tamaña confección.Desconozco si para resaltar el santo evangelio y su contenido de humildad a creyentes o no, según sea necesario.Solo pretendía como Vd. entenderá, evidenciar semejante ridiculez en estos tiempos y especialmente la inadecuada actitud de su eminencia para semejante celebración de "se ha escrito un crimen".Sin que ello, me impida felicitarle, por su erudita, detallada y rigurosa información respecto a este tema.
Esa capa es desagradablemente jactanciosa. En una iglesia que habla, solamente habla, de voto de pobreza, se mantiene el púrpura tan caro de obtener en el principio y que se consideraba un símbolo de riqueza y poder.
Vamos, indecente como tantas y tantas cosas de esa secta de fariseos y sepulcros blanqueados de que se compone la jerarquía, más llena de podredumbre y gusanos cuanto más alto el sillón que ocupan.
Sin ir más lejos, ver las declaraciones del pte. de la conferencia episcopal quitando hierro a la pederastia e insultándonos a las gentes de pueblo como si en las ciudades no hubiera borrachuzos indecentes que abusan de menores ¿Quizá en las propias sacristías? Por qué cohone tuvo que dimitir Ratzinger, por perseguir a muerte la pederastia?
No me jo... fastidies contando tontás de una capa...
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