sábado, 14 de abril de 2012

Magno atasco


            Hay consenso generalizado en afirmar que la Procesión Magna del pasado sábado fue todo un éxito. Salieron bien los traslados, mejor aún el cortejo procesional,  con más de veinte pasos en ordenado desfile por la carrera oficial, para alegría de quienes gustan de esta demostración de fervor popular, que, además, habían sufrido decepciones por la adversa climatología de días anteriores. Y están contentos los hosteleros y los comerciantes, que el sábado hicieron caja por montantes muy superiores a los habituales, que buena falta hacía en estos tiempos de crisis.
Pero no todo salió bien el día de la Magna, hubo quejas y descontentos, y de ello tuvo noticia directa la alcaldesa de Cádiz, cuando, casi al final del paso de la procesión por la carrera oficial, acompañada de ilustres invitados, acudió a un establecimiento del entorno de la plaza de San Antonio a tomar un refrigerio. Allí, de manera educada, pero contundente, una clienta le expuso sus quejas por los graves problemas de tráfico que había tenido que soportar. La respuesta de la alcaldesa dejó perplejos a quienes la escucharon, pues, según varios testigos, Teófila Martínez dijo que la responsabilidad era del Consejo de Hermandades. En ese momento otro cliente intervino para recordarle que las quejas eran por el tráfico rodado, que es responsabilidad de la autoridad municipal y no de la autoridad cofrade.  
Efectivamente en la tarde del sábado pasado hubo un monumental atasco en la ciudad, cuyos efectos sufrieron cientos de conductores, y que se trató de corregir, a duras penas, por la entrega y profesionalidad de varios agentes de la Policía Local. Pero el esfuerzo de los agentes no disculpa la tremenda falta de previsión municipal, de quienes tienen la responsabilidad del tráfico urbano en Cádiz. Si se sabía que se iba a cortar el tráfico, como se hizo, por el Campo del Sur y en la plaza de Sevilla, se debería haber anunciado con antelación, para que los conductores estuvieran prevenidos y no se encontraran, sorpresivamente, que se les desviaba hacia colas interminables. Se deberían haber publicado anuncios en los días previos y en los suplementos especiales que la prensa sacó el Viernes Santo dedicados a la Magna, al igual que se podía haber avisado, el propio sábado, sobre los atascos en la televisión local o utilizando esas grandes pantallas publicitarias que tanto dinero le han costado a la ciudad, y que parece solo sirven para decir lo bien que lo hace todo el ayuntamiento.
Otro asunto que se debería revisar es el de los cortes de las calles. Es evidente que hay que cuidar los desfiles, pero ello no está reñido con que los residentes en el trayecto de las cofradías puedan acceder a sus domicilios. Es cierto que se ponen pasarelas, pero también es cierto que muchas personas las usan para ver las procesiones, sin que nadie, ni siquiera los vigilantes contratados, lo impida; mientras tanto, un vecino, por ejemplo, de la calle Novena, no puede entrar o salir de su domicilio. Y el sábado, el cierre de las calles del centro duró muchas horas.
Publicado en Diario de Cádiz, 14 de abril de 2012

3 comentarios:

Jesús dijo...

Supongo que como tantos habitantes más del centro, tuve serios problemas para desplazarme y poder recoger a mi hija, que tambien procesionaba. Y no estoy de acuerdo con que el problema sea un atasco del tráfico rodado, sino de la libre circulación de las personas, bípedas o en vehículo a motor. La ciudad decide procesión: la ciudad tiene procesión y la mayoría -yo no- disfruta de ella, con todas las ventajas y algunos inconvenientes. No creo que corresponda esta vez cargar responsabilidades a la Corporación Municipal.

ARS dijo...

La ciudad decide procesión y la tiene, pero eso no debe suponer que a los ciudadanos se le restrinjan derechos, y menos el de libre circulación. Con ese criterio encerramos en casa a todos los que no quieran manifestarse contre una guerra, por ejemplo.

Jesús dijo...

De acuerdo en todo. Yo sí me siento privado de un derecho, el de la libre circulación. Y creo que de alguna forma se deberían establecer "pasarelas" o mecanismos de paso, tanto para poder circular como para no molestar ni deslucir las procesiones. El comentario primero se debía a que de tu post me pareció entender que lo relevante era el atasco de vehículos -y de las personas que en ellos circulan- cuando yo entiendo que muchos estábamos encerrados, y sin poder movernos, aunque nos trasladáramos a pie.