Pero este 14 de abril será diferente, hasta eso jode el puñetero bichito. Por su culpa, este año no podré invitar, como habitualmente hago, a quienes celebran conmigo el 14 de abril desde hace muchos años.
Les voy a contar algo que, quizás, se pueda considerar una boutade. Desde que comencé a dar clases, el primer día anunciaba a mis alumnos que si el 14 de abril era lectivo, no habría clases, que era día festivo, pero que invitaría a una copa a quien quisiera brindar conmigo. Durante años repetí esa forma de comenzar el curso, hasta que, no hace muchos, me di cuenta de qué había más estudiantes que me miraban con cara de no enterarse de nada, frente a los pocos que sonreían. Así que dejé de hacerlo, dejé de anunciar en clase que el 14 de abril es, para mí, fiesta.
Pero no por eso he dejado de conmemorar el 14 de abril, una celebración a la que siempre han acudido amigos, habitualmente los mismos. Este año será distinto, hoy lo haré en casa, seremos dos, y echaré de menos a los amigos con los que siempre brindo ¡Por la República!
N.B. La insignia con la bandera republicana que preside este comentario, es un regalo de la gran Clara Lida.
2 comentarios:
Permíteme brindar contigo y los tuyos por este día tan señalado.
Una copa de Amontillado Contrabandista honrará el acto.
Salud¡¡
Si me invitas a mi otro día, yo me dejo y agradecido, Alberto.
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