miércoles, 21 de junio de 2017

Cañaillas

Mientras Marieta preparaba el menú japonés, para no aburrirme, preparé unas cañaillas.

Me llamó Javi para decirme que tenía un montón de cañaillas, que si quería algunas, y, casi sin ganas, por no hacerle un feo, le dije que bueno, que me trajera unas poquitas. Se coló en casa con tres kilos y, con la excusa de que tenía prisa, dijo que cogiera las que quisiera, que el volvería por el resto.

Entendí la indirecta, así que tras un buen enjuagado, cocí los tres kilos.

Ya por la tarde, volvió y se llevó una parte, aunque hay que decir que mi parte era mayor, bastante mayor.

Por cierto, eran italianas, pero buenísimas.

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