viernes, 10 de junio de 2016

Las banderas de la plaza de Sevilla

Foto de Diario de Cádiz

Confieso que las banderas no me sulibeyan, pero en absoluto me molestan. Y por si alguien intentara decir que lo que digo es contradictorio, me anticipo y recuerdo que los 11 de febrero y 14 de abril -y algunos días más-, me pongo en la solapa la bandera republicana.

Dicho lo anterior, también digo que me pareció innecesario que el anterior gobierno municipal pusiera un mástil, con una gran bandera de España, en la plaza de Sevilla, pero, como he advertido, no me molesta.

Lo que sí me sorprendió, y me sigue sorprendiendo, es el uso partidista, torticero, que se da a las banderas que se ponen en la plaza de Sevilla desde que asumió la alcaldía de Cádiz José María González.

Comenzaron diciendo que Kichi, es decir, el alcalde de Cádiz, ordenó quitar la bandera de España el mismo día que tomó el bastón de mando de la ciudad en su mano, mientras que, quienes habían ordenado arriar la bandera días antes, callaban como malandrines, sin tener la dignidad de aclarar las cosas. Después, incluso quienes se consideran andalucistas, se daban golpes de pecho al ver la bandera andaluza en lugar de la española con motivo del Día de Andalucía. Y, posteriormente, un montón de gaditanos "gaditas" criticaban que se pusiera el pendón de Cádiz.

Hoy, faltaría más, algunos se molestan al ver la bandera arco iris, para mi, representativa de la libertad de elección sexual.

Por eso no me molesta, antes al contrario, me parece bien. Y espero que ese mástil nunca se use con fines partidistas, que siga siendo utilizado con fines simbólicos, que siga ondeando la bandera de España, la de Andalucía, la de Cádiz y las que hagan falta.    

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