sábado, 27 de mayo de 2017

Bronca en el pleno


El título de esta entrada es ya un titular habitual en los medios, cuando realizan la crónica de los plenos municipales del ayuntamiento de Cádiz. Lo fueron en los últimos tiempos en los que gobernaba la ciudad el PP, y casi siempre lo son en la actual legislatura. Y creo que es algo que debería cambiar, con lo que se debería terminar.

Y en algún caso no parece difícil. Si entre el público se expone una pancarta, como ayer, aludiendo a la supuesta corrupción del PP, y los concejales aludidos protestan, la presidencia debería haber ordenado su retirada, y más, existiendo el precedente del pleno anterior, en el que así se hizo.

No es excusa, en este caso, aludir a la libertad de expresión. Los portadores de la pancarta, si tienen constancia de la existencia de corrupción en el grupo municipal del PP, lo que deben hacer es acudir a la fiscalía y denunciarlo. Y mientras eso no ocurra, quien presida la sesión, ayer Martín Vila, debió atender la petición del portavoz del PP y ordenar su retirada.

Distinto es el caso del portavoz de Ciudadanos que mandó al alcalde a hacer puñetas. No es de recibo, pues para mostrar su enojo con la campaña de Podemos sobre la trama gaditana, tiene el mismo recurso que los de la pancarta, acudir a los tribunales.

Los plenos están para gestionar la ciudad, para que los concejales elegidos por los gaditanos debatan según su criterio e ideología, pero no para ser noticia periódica de broncas e insultos.

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