sábado, 19 de mayo de 2012

Esclavos en el Cádiz de las Cortes


Aunque la esclavitud era legal en todos los países a principios del siglo XIX, también es cierto que por esos mismos años se discutía sobre su existencia y, con mayor énfasis, sobre la trata de esclavos.
En las Cortes de Cádiz se planteó un importante debate sobre la abolición de la trata y la esclavitud, discusión que se originó tras la presentación por Guridi Alcocer, el 26 de marzo de 1811, de «algunas proposiciones relativas al bienestar de la América», que pasaron a estudio de la comisión de Constitución, discutiéndose la propuesta el día 2 de abril. Al igual que Guridi Alcocer, Argüelles pi­dió la supresión inmediata de la trata, pero la propuesta de Guridi Alcocer planteaba, además de la abolición inmediata de la trata y un plan gradual de abolición de la esclavitud, la regulación de que los hijos de esclavos serían libres desde su nacimiento y suavizar la situación de los esclavos abonándoles un salario con el que a la larga pudieran comprar su libertad. El problema no se resolvió, pues no se debe olvidar que la abolición o mantenimiento de la esclavitud tenía matices políticos y económicos, pues de hecho su desaparición no interesaba a muchos propietarios americanos que consideraban la abolición un ataque al derecho a la propiedad, tal y como expresó en su momento el cubano Arango y Parreño que afirmaba que la trata de esclavos era un elemento más de la libertad de comercio, aunque también debemos recordar que al final de su vida defendió la abolición de la esclavitud.
            La realidad es que no sólo había esclavos en América, también en Cádiz vivían muchos individuos privados de libertad, como se puede constatar a través de anuncios en la prensa de la época, anuncios que muestran con crudeza la realidad de la esclavitud en la ciudad, pese a que algunos aparenten cierto tono mesurado, casi humano, como el aviso que anuncia, simplemente, que «quien quiera vender una negra acuda a la plazuela de los Pozos de la Nieve (sic), nº 165, último cuerpo», el que anuncia la venta de «una negrita de edad de doce años. Darán razón en la imprenta de este periódico, último piso», o el que dice: «Se vende un negro de 16 años, sabe el servicio de la casa y es dispuesto para todo lo que se le quiera enseñar, es fiel y humilde, y solo se vende por necesidad; quien lo quisiese comprar se verá con su ama Dª María de la Paz Varcárcel, calle del Marzal nº 108. Su precio, lo mismo que costó, 210 duros»; otros tienen un tono más frío y el esclavo aparece como una mera mercancía al anunciarse que se vende «negra de 27 años sin defecto»; y en algunos casos la crudeza del anuncio, y de la situación humana de quien se veía convertida en mercancía, llaman la atención: «Se vende una negra casada con negro libre de edad de veinte años; darán razón en la Parroquia de San Lorenzo el Señor Cura Don José Ignacio Gómez».
            Los avisos publicados en la prensa también servían para labores más contundentes, de manera que podemos encontrar reclamaciones sobre esclavos que buscaban la libertad por la fuerza; es el caso de uno publicado en junio de 1810 donde se avisa de que «una negra de unos 22 años» se había fugado de la casa sita en Horno Quemado nº 103, describiéndola con detalle «carirredonda, de regular estatura; iba con saya de franela, monillo de cúbica y mantilla de bayeta de dicho color guarnecida con cinta de terciopelo, pañuelo pajizo, aretes de plata sobredorada», ofreciendo una gratificación a quien diera información sobre su paradero. Igual ocurre en febrero de 1812 con un aviso que dice: «El sugeto que supiese el paradero de un muchacho negro, de edad de trece años, que se escapó de casa de su amo el dia 3 de este mes, servirá avisar de su paradero en la calle del Puerto, núm. 81, que se le agradecerá».

1 comentario:

Jesús dijo...

Interesante y reveladora entrada sobre aspectos desconocidos pero relevantes de la vida del Cádiz del xIx. Se agradecen artículos como éste.