viernes, 25 de diciembre de 2015

Hispanoamericanos en Cádiz, entre 1773 y 1840


La Universidad de Paris-Sud es la principal promotora del nuevo libro de Gloria Zarza, doctora por la Universidad de Cádiz que enseña en Nanterre y Paris.

Cádiz, puerta de América es un riguroso trabajo sobre los hispanoamericanos residentes en Cádiz entre el último cuarto del siglo XVIII y en primer tercio del XIX, un tema, sorprendentemente, inédito, pese a las vinculaciones históricas de la ciudad gaditana y América.

Aunque hay referencias anteriores, durante el siglo XVIII llegaron a Cádiz un buen número de extranjeros formando colonias -naciones en la terminología de la época-, muy numerosas: según el censo de matrícula de extranjeros de 1791, residían en Cádiz algo más de cinco mil, destacando las colonias de italianos y franceses, a los que seguían en número, y por este orden, portugueses, flamencos e ingleses.

Pero curiosamente, a pesar de que la principal fuente de riqueza de Cádiz era el comercio con América, nunca se reseñó, o mejor, nunca se investigó en su conjunto, la población iberoamericana residente en la ciudad, lo que tiene una explicación lógica: no se les consideraba extranjeros, eran súbditos de la Monarquía Hispánica, por tanto, españoles a los que no era necesario diferenciar de los nacidos en la península. Por eso no se hizo ningún recuento, mucho menos un censo, hasta que fue necesario. Y ello ocurrió en septiembre de 1810 cuando debiendo comenzar en la Isla de León las sesiones de Cortes convocadas en enero del mismo año, se comprobó que muy pocos diputados electos habían llegado de América a la Isla de León o a Cádiz, por eso el 8 de septiembre de 1810 se publicó un “Edicto y decreto fijando el número de Diputados suplentes de las dos Américas y de las provincias ocupadas por el enemigo, y dictando reglas para esta elección”, suplentes que había que escoger entre los americanos residentes en la Isla de León y Cádiz, para lo que rápidamente se hizo un censo provisional.

De lo antedicho resulta evidente que en 1810 era complejo saber cuántos iberoamericanos residían en Cádiz, una cuestión que Gloria Zarza aclara en este libro que he tenido el honor de prologar.

En su investigación Gloria Zarza no se fija solo en 1810, puesto que realiza un análisis minucioso de diferentes padrones del Archivo Histórico Municipal de Cádiz para conocer cuántos iberoamericanos residieron en Cádiz entre 1773 y 1840, explicando la estructura demográfica y la distribución en el espacio urbano.

Se trata, pues, de un riguroso, original e interesante trabajo de investigación histórica que, sin dudas, será fuente de consulta necesaria para conocer la realidad social de la ciudad de Cádiz, en uno de los momentos más atractivos de su historia.

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