martes, 13 de mayo de 2014

La gran coalición

Desde que Felipe González lanzó el bombazo -una gran coalición PP-PSOE para "salvar" el país-, no han dejado de producirse comentarios, alguno tan grandilocuente, como vacío, como el de Rubalcaba diciendo que, mientras él sea Secretario General de los socialistas, no habrá coalición. Pero la realidad es que la idea de la coalición, de la concentración del poder, subyace en todos los mensajes que, tanto desde las filas del PP, como las del PSOE, están lanzando al electorado intentando convencerle, no de que les voten a ellos, que también, sobre todo de que no se vote a partidos pequeños, o lo que es igual que se vote a los dos grandes partidos.

La coincidencia en el mensaje no es casual. Las encuestas revelan la desafección, no hacia la política en general, como se dice interesadamente, sino contra el bipartidismo dominante en España, que se traduce en ese escatológico eslogan "PP y PSOE, la misma mierda es". El descenso de votos notable del PP y la incapacidad del PSOE de remontar el vuelo, les hace coincidir en los mensajes pidiendo el voto para los grandes y en el lanzamiento de globos sonda -Arias Cañete, Fernández Díaz, González- sobre la gran coalición, al estilo alemán.

Pero eso no sería posible sin contar con otros apoyos, empezando por la propia institución monárquica, que seguro vería con gusto una acuerdo que asegurara la continuidad de la familia en la jefatura del Estado, a lo que se unirían, y ya hay rumores de ello, medios empresariales, preocupados, naturalmente, por la continuidad del negocio.

Total, un panorama que recuerda a las primeras semanas del año 1981, por lo que cabe preguntarse, como hace Juan G., quién será el elefante blanco.    

Comparto el análisis que hace sobre este asunto Infolibre, que, para que no falte nada, incluye a una poderosa corporación de medios de comunicación.

2 comentarios:

Jesús dijo...

Pues esa gran coalición terminaría por darle la razón a todos aquellos, muchos, que claman eso de que "PSOE y PP la misma mierda es". La desafección y el odio a los políticos llegarían al clímax. Un panorama desalentador, que perjudicaría sobre todo a los promotores de esa coalición.Y, algo imposible en principio, el relevo de esos partidos, comenzaría a considerarse como verosímil. Ellos verán.

ARS dijo...

Pues sí, Jesús, desalentador.